Hace tiempo en la redacción se armó un debate sobre si debía escribirse las o los travestis. El disparador fue el caso de una maestra travesti que debió renunciar a su puesto en Quilmes, a la que algunos preferían llamar “maestro”.Aquellos que tomaron la bandera de “la ortodoxia del lenguaje” dijeron que si un “hombre se viste de mujer” debía decirse los travestis ya que eran, en última instancia, hombres disfrazados
Por más que haya quien no quiera verlo el lenguaje es ideológico y nos limita. A la compleja mente humana ya le queda chica la división hombre-mujer. Ya no se puede reducir a una persona a su genitalidad o sexo biológico. Por más loco que suene hay gente que nace con pitopero se siente mujer. Y es el derecho de esa gente vivir fiel a su propia identidad y ser feliz, a pesar de no hacer lo que se “debería”.
Por más que haya quien no quiera verlo el lenguaje es ideológico y nos limita. A la compleja mente humana ya le queda chica la división hombre-mujer. Ya no se puede reducir a una persona a su genitalidad o sexo biológico. Por más loco que suene hay gente que nace con pitopero se siente mujer. Y es el derecho de esa gente vivir fiel a su propia identidad y ser feliz, a pesar de no hacer lo que se “debería”.
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